¿Cuál es el significado de laico? ¿Qué diferencia hay entre laicismo y laicidad? ¿Secularismo o secularización? ¿Estado laico o aconfesional? ¿Qué es un seglar? No hace falta que busques en la RAE, aquí te lo dejamos todo claro y sin ambigüedad (si es que en esta temática se puede…).
1. ¿Es correcto decir que vivimos en un estado laico? (laico desde una perspectiva general)
Antes de nada, realizar una aclaración ante la posible ambigüedad que la temática supone especialmente cuando usamos “laico” como adjetivo. Estamos acostumbrados a escuchar en medios de comunicación o redes expresiones como “estado laico”, “colegio laico”… que hacen referencia claramente a un estado, colegio… en el cual no hay participación o creencia religiosa implicada. Esta definición que en muchos casos trae consigo cierta polémica, aunque no es la más antigua como veremos más adelante, está plenamente aceptada e incluso forma parte de la segunda definición que la RAE propone:
El lenguaje con su uso o desuso es dinámico y variable y por lo tanto, respondiendo a la pregunta, es perfectamente correcto su uso (siempre que corresponda con la realidad) y más cuando se acepta a nivel social. La problemática reside en que esta acepción es relativamente moderna y es confusa con su primera acepción (que no tiene órdenes clericales) pues se pueden usar en contextos o situaciones muy similares. Algunos proponen utilizar el término aconfesional en su defecto pero tampoco son estrictamente sinónimos. Un país laico no reconoce ninguna confesión oficial ni realiza acuerdos o valora las demandas de la población en este caso. Realmente son muy pocos los estados laicos (por ejemplo, Francia). Un estado aconfesional no declara ninguna religión oficial pero se muestra propenso al diálogo con las diferentes religiones que la población asuma.
Un ejemplo de estado aconfesional sería el de la constitución española o paraguaya:
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones
Artículo 16.3 de la Constitución española
Lo contrario a ambos sería el estado confesional (Inglaterra, Dinamarca, Grecia y Marruecos entre otros)
Menos frecuentes son el ateismo de estado que algunos países han tenido de forma estricta hasta hace poco (que paradójicamente suele incrementar el número de fieles de las religiones) o la teocracia en la que el jefe de estado y de la religión coinciden (el Vaticano) o las leyes coinciden con las de su religión.
2. Entonces, ¿Cuál es el significado de laico desde una perspectiva cristiana? (Resuelto finalmente en la pregunta 4)
Muy fácil y sencillo, laico (sustantivo) es todo aquel que NO ha recibido la orden sacerdotal. Es decir, toda aquella persona que no es diácono, sacerdote u obispo (el clero en resumen). Y si lo abordamos como adjetivo sería todo aquello relativo a la estructura laical o de los laicos excluyendo a los ordenados. Por ello, la ambigüedad anterior de un estado laico significaría un estado sin sacerdotes (siendo muy literales y generalizando mucho) o en la que no se reconocen de forma pública lo religioso.
De hecho, y esto va dedicado especialmente a los amantes de las etimologías (si no pasa al siguiente párrafo), laico como puedes ver en la letra en verde de la imagen de la RAE procede de la palabra latina laicus que a su vez deriva del griego λαϊκός (laïkós) que significa “lo propio del pueblo” y que a su vez procede de Λᾶος, laos, que significa pueblo (de la cuál hubo una antigua ciudad en la Grecia Magna y un río actual llamado así, Laos que pasa por esa zona). Este término con el incipiente cristianismo se usó para designar lo opuesto a klêrikos, es decir, a los clérigos o simplemente el clero. Paradójicamente, este término que creemos que es de origen eclesial también fue “apropiado” en su momento para darle un nuevo significado (o al menos unos matices o usos distintos).
Como consecuencia de todo esto la mayor parte de la población actual es laica pues el porcentaje de personas con el sacramento del orden sacerdotal es mucho menor. (Pronto haremos una formación sobre el clero).
Ojo, porque también suele ser habitual que los grupos, movimientos o comunidades laicas relacionadas con un carisma sean tomados como consagrados. Esto no es así, son laicos que viven su fe al estilo de un carisma o estilo concreto como por ejemplo las comunidades de vida cristiana, seglares claretianos, orden franciscana seglar, camino neocatecumenal…
3. Vale, teniendo en cuenta esto y que todos los ordenados son hombres… ¿Todas las mujeres son laicas? ¿Incluidas las monjas, religiosas y otras consagradas?
Efectivamente. Debemos tener en cuenta que una consagración de una congregación, instituto secular… no es lo mismo que una ordenación sacerdotal. Son cosas diferentes pero que habitualmente es común su confusión.
Mediante una consagración se realizan los tres votos de castidad, pobreza y obediencia a Dios a través de un superior de su misma institución (aquí hay matices diferentes según quienes y donde se haga) y esto te hace ser un consagrado; mientras que en una ordenación, un obispo, ordena como diáconos o sacerdotes a alguien y en el caso de los sacerdotes diocesanos también presentan sus promesas (que no votos). Esto último, a día de hoy solo lo pueden recibir en la Iglesia Católica los varones. Sí, puede ser un jaleo, pronto escribiremos una entrada para desgranarlo con más detalle.
Por este motivo, comprenderás porque hay personas en las congregaciones masculinas que no son sacerdotes, los llamados comúnmente como “hermanos”. Estos han hecho sus votos como religiosos pero no han sido llamados a ser sacerdotes por lo que no han recibido el orden sacerdotal.
Tanto estos últimos como las primeras son laicos, aunque se les suele poner el adjetivo de consagrados para denotar su vida consagrada: laicos y laicas consagradas (y ¡ojo! tampoco confundir con un grupo de consagrados a obispos de diócesis (no pertenecen a un carisma concreto) con el mismo nombre de «laicas o vírgenes consagradas»).
Si hasta ahora tus dudas solo han crecido, tranquilidad, pasa al siguiente punto.
4. ¡Qué jaleo! ¿No es todo muy confuso? Concretemos quien es quien.
Como has visto, histórica y etimológicamente hablando, todo ha sufrido numerosos cambios y lo que antes era claro en el presente ya no lo es con los cambios sociales y la riqueza de carismas y vocaciones que tiene la Iglesia (bendito problema). Especialmente la confusión aumenta en el siglo XX y tras el Concilio Vaticano II donde se realzará la vocación laical y se crearán movimientos laicales (te recomiendo leer Gaudete et Exsultate del papa Francisco donde se habla de la búsqueda de la santidad en los seglares), las modificaciones de las constituciones de muchas congregaciones (especialmente de las femeninas), la aparición de institutos seculares…
Ante tanta mezcla de vocaciones, misiones y carismas que se cruzan… Nada mejor que acudir a los documentos de la Iglesia y así de claro lo deja el párrafo 31 de la Lumen Gentium:
“Con el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. Es decir, los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos corresponde.”
Así que dicho queda, los laicos son aquellos que no son ni sacerdotes ni consagrados (las tres vocaciones de la Iglesia). Es una definición que parte de una negación pero bueno para eso tienes todo el capítulo IV de la Lumen Gentium y documentos posteriores que abordan el tema.
5. Pero, hay diáconos que están casados ¿Son laicos?
No, porque han recibido la primera de las tres órdenes sacerdotales y por lo tanto forma parte del clero. Estos no pueden ejercer todos los sacramentos (realmente solo un obispo puede) y en el caso de estar casados, previo permiso de la esposa y tras una formación específica, pueden acceder a esta orden llamada al servicio y que en los primeros siglos del cristianismo tuvieron mucha importancia.
6. ¿Y un seglar?
Es un sinónimo de laico. Es un término muy utilizado en España y de escaso uso en el resto del mundo. Por ejemplo, en inglés solo se encuentra el término lay (o derivados) pero no un paralelo con seglar.
Nuevamente para los amantes de las etimologías, seglar procede del término secular, saeculum, y significa “siglo” o “mundo”, de este tiempo y lugar, es decir, de todo lo creado ayer, hoy y mañana. Un seglar es aquel que «gestiona» lo creado en el tiempo en el que vive. Incluso, y aunque sea paradójico en este apartado, también sirve para diferenciar al clero secular (sacerdotes de una diócesis a la orden de un obispo) que están y predican por el “mundo” como lo opuesto al término “claustro” que serían los sacerdotes de aquellas órdenes religiosas que están centrados exclusivamente en su convento o claustro donde realizan su actividad. Después de esto, podrás intuir de donde viene el nombre de los institutos seculares o el siguiente apartado de secularización o secularismo.
7. Para nota, ¿Secularismo o secularización? ¿Laicismo o laicidad?
La diferencia es, a grandes rasgos, en que uno tiene connotaciones positivas y otro negativas por lo que su uso y diferenciación si es importante para poder expresarnos con propiedad. Ojo que volvemos con problemas lingüísticos y terminológicos.
La secularización (o laicidad con connotaciones positivas) es estrictamente positivo y necesario. Es el don o capacidad que Dios nos da para ser los administradores de la creación al margen de todo lo religioso (pero sin excluirlo). Es la autonomía del hombre para ser cocreadores junto a Dios como se expresa en el Génesis.
Ojo, aquí nuevamente el lenguaje y la polisemia puede jugarnos una mala pasada. También puede significar el paso de una escala clerical o religiosa a una laical o no religiosa. Aunque el contexto aquí siempre es claro y no genera problemas.
Por otra parte está el secularismo o laicismo que son eminentemente negativos. Se trata de reafirmar esa autonomía propia del hombre respecto a lo creado pero que deja fuera a Dios y que este debe estar y ser parte del ámbito privado. La fe, o si prefieres otro término, la capacidad de transcender, de abstracción y de buscar a Dios es innata al hombre y su manifestación pública y respetuosa siempre debe ser un derecho para todos pues el ser humano es mucho más que un ser racional.
Es interesante este artículo de Elpaís sobre el encuentro entre el presidente de Francia y el Papa sobre la laicidad positiva o secularización. Aunque si no lo quieres leer aquí te dejo una frase clave
«Una laicidad positiva que no considere que las religiones son un peligro, sino una baza».
Aquí tienes la respuesta de Benedicto XVI
Y aquí, lo más interesante, lo que leyó el presidente en este vídeo (a partir del minuto 24) y que desglosa muy bien esa laicidad positiva:
Para terminar, una pregunta: ¿Qué te parece el término “laico comprometido”?
Pronto tendrás nuestra opinión sobre ello.
Documentos de la Iglesia interesantes para este tema:
Foto de portada original en Trend Hype